La Batalla por la Vida
Agosto 2022
América Rangel
El pasado 24 de junio, la Suprema Corte de los Estados Unidos revirtió el fallo de la despenalización del aborto de 1973, conocido como “Roe vs Wade”, afirmando que no existe el derecho constitucional al aborto.
Pero, más allá de los tecnicismos legales de la ley norteamericana, esta decisión fue, sin duda, un enorme triunfo para la vida, una gran victoria que celebramos todas las personas que creemos que la vida comienza desde la concepción y que esta vida debe ser protegida con toda la fuerza del Estado.
Por la influencia del vecino país del norte, seguramente esta decisión tendrá repercusiones a nivel global, y podría ser un parteaguas en la lucha en favor de la vida, una coyuntura que, como panistas, debemos aprovechar para proteger a los más indefensos, a los que no tienen voz: a los bebés en el vientre materno.
Hoy, más que nunca, en el PAN debemos decir fuerte y claro que somos el partido que defiende la vida desde la concepción y hasta su muerte natural, principio básico de nuestra doctrina desde que Manuel Gómez Morin fundó nuestro partido en 1939.
Y esto cobra aún más relevancia cuando analizamos los datos que arrojan las encuestas a nivel nacional. Por ejemplo, según un sondeo realizado en julio de 2021 por el periódico El Financiero, el 59 por ciento de los mexicanos se oponen a una ley que permita a la mujer el derecho al aborto, mientras que tan sólo un 37 por ciento está a favor.
Queda claro, entonces, que México sigue siendo mayoritariamente pro-vida y no han surtido efecto los intentos del progresismo por imponer la narrativa de que defender la vida es una idea “anticuada”.
Es por ello que, cada uno desde nuestras trincheras, los verdaderos panistas debemos dar esta lucha de manera frontal. En mi caso, hace unos meses, presenté en el Congreso de la Ciudad de México la iniciativa de la “Ley de los Derechos de la Persona No Nacida”, que contempla por primera vez en la historia darle un estatus legal y personalidad jurídica al bebé que está por nacer, lo que le daría una serie de derechos para proteger su vida y su sano desarrollo hasta el nacimiento.
Esta propuesta ha sido muy bien recibida por distintos grupos de la sociedad civil e incluso será retomada por otros Congresos locales, así como por la bancada del PAN en la Cámara de Diputados.
Y así, podemos empezar a generar una serie de instrumentos trabajando de la mano de las organizaciones civiles para empujar el tema en la discusión pública. Es tiempo de enfatizar que el derecho a la vida es anterior a todos los derechos y tiene preeminencia sobre ellos. Es fundamental contrarrestar el mito de que el que está por nacer no vale o que es tan sólo un cúmulo de células que puede ser desechado. No podemos seguir por ese camino inhumano que, tarde o temprano, llevará a la extinción de nuestra especie.
Como sociedad tenemos una deuda histórica con la humanidad de reconocer que hay vida antes del nacimiento y, por lo tanto, esta es digna de ser protegida por el Estado. Es nuestra obligación salvaguardar lo más preciado que tenemos: la niñez y su futuro.
La lucha contra el asesinato impune de bebés está resurgiendo con fuerza y el Partido Acción Nacional debe ser quien encabece esta nueva batalla en México. El futuro es pro-vida y ahí estaremos.
América Rangel es Diputada en el Congreso de la Ciudad de México.