Editorial
Septiembre 2016
Maricarmen Rizo
Por Ricardo Anaya Cortés. El pasado 16 de agosto se cumplió un año de haber asumido la responsabilidad más grande como militante de Acción Nacional: ser el Presidente del mejor partido político de México. En este tiempo, Acción Nacional ha sido impulsor de cambios fundamentales. Por desgracia, la ineficacia del PRI-Gobierno ha impedido que las reformas, que eran tan necesarias para el país, detonen el desarrollo económico y el bienestar social que los mexicanos exigen y merecen. Este Gobierno federal camina sin rumbo ni estrategia política. El mes de septiembre fue desastroso para los mexicanos, pues apenas iniciaba cuando nos vimos sorprendidos con el anuncio de un nuevo aumento a las gasolinas y otro incremento a las tarifas eléctricas. Por si fuera poco, el último día de agosto, el PRI-Gobierno cometió el error diplomático y político más grande del sexenio: recibir en Los Pinos al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump. Peña Nieto recibió con honores de Jefe de Estado a un personaje que durante un año se ha dedicado a agredir a los mexicanos, tachándolos de criminales y violadores, y que vino aquí a ratificar que construirá un muro a lo largo de la frontera, y que nos obligará a pagar por él. Las consecuencias de esa disparatada invitación, que fue rechazada por el 85 por ciento de los mexicanos, las estamos padeciendo todos. La candidata demócrata, Hillary Clinton, rechazó la invitación para visitar México, y el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ha presentado su renuncia. Los mexicanos nos sentimos, con razón, indignados y agraviados. El PRI se tiene que ir de Los Pinos porque le ha fallado a México. No ha sabido siquiera defender con dignidad nuestra soberanía. Nuestras instituciones están debilitadas y la aprobación presidencial, que estaba ya en mínimos históricos, va en picada. Para completar el cuadro, asistimos a la puesta en escena de un Cuarto Informe de Gobierno ‘a modo’, en el que el Presidente, en lugar de rendir cuentas ante la representación nacional, “platicó” con un grupo de jóvenes dispuestos a aplaudirle. No es exagerado, en estas circunstancias, decir que hoy el imperativo es salvar a la patria. Y es por eso que, más que nunca, el PAN se erige como la única alternativa de cambio responsable, capaz de superar tanto al PRI corrupto e ineficaz como al populismo destructor de Andrés Manuel López Obrador. Este año ha sido histórico para el PAN. Ganamos siete gubernaturas y gobernaremos a casi 40 millones de personas en 11 estados de la República. Además, creamos la Comisión Anticorrupción y la Comisión de Transparencia y Reingeniería del Padrón de Militantes, que puso en marcha, en Guanajuato, el programa piloto de actualización de datos de los militantes, que incorpora por primera vez la huella digital y la confirmación de datos como domicilio e identidad, en tiempo real, con la base de datos del INE. Pero quedan retos mayores: las elecciones del Estado de México, Coahuila y Nayarit en 2017 y la elección presidencial en 2018. Si hacemos las cosas bien, si le respondemos a los ciudadanos que han confiado en nosotros, si damos respuesta a los graves problemas que vivimos, estaremos en una situación inmejorable para recuperar la Presidencia de la República. Basta ya de improvisaciones y dislates. En 2018, el PAN será la opción de cambio responsable que los mexicanos exigen. Falta mucho por hacer, pero no tengo duda de que vamos por el camino correcto. Gracias por este año de retos y logros. Perseveremos juntos por el bien de México. ¡Se puede!
Ricardo Anaya Cortés