Seré la voz de los nayaritas en el Senado de la República

La noche del domingo 2 de junio fue de sentimientos encontrados. Por un lado, la tristeza de no haber obtenido los resultados deseados y por los que tanto se trabajó en la elección presidencial y, al mismo tiempo, ya con la mayoría de las actas que acreditaban nuestro ingreso al Senado de la República como primera minoría, la enorme responsabilidad de convertirme en portavoz de los nayaritas en la máxima tribuna del país. Y es que llego al senado en condiciones complejas para el país y, por supuesto, para Nayarit.

La campaña

Cuando inició el proceso electoral, el frente “Fuerza y Corazón por México”, en Nayarit, arrancó en un tercer lugar. Quien esto escribe, al aceptar la invitación de Acción Nacional para encabezar la fórmula al Senado, entendí que, para ganar, debíamos hacerlo en territorio. Ir hasta la más lejana comunidad y dialogar de manera presencial con las personas, hablarles de nuestro proyecto y comprometerse con sus causas. Esta convicción, por suerte, la abrazaron también todos mis compañeros candidatos de la coalición y fue ese trabajo intenso, que nos llevó a recorrer varias veces los 20 municipios de Nayarit, lo que nos permitió acceder al Senado pese a las condiciones iniciales de nuestra campaña. Nosotros, como candidatos, trabajamos de manera intensa, pero también la dirigencia estatal del PAN tuvo la sensibilidad de postular candidatos con arraigo que, aunque no obtuvieron el triunfo, sí fueron el cimiento para que podamos tener esta representación desde el Senado de la República.

Los retos por venir

Durante la campaña insistimos en el hecho de que nos dieran una oportunidad para llegar al Senado, para ahora sí tener representación real en esta cámara. Una propuesta que caló hondo debido a que los últimos seis años la representación de Nayarit en el Senado pareció inexistente. A los nayaritas se les ha ultrajado en sus derechos laborales, el problema de la desaparición forzada ha ido en aumento y la eliminación de programas destinados para apoyar al campo, a los migrantes y a grupos vulnerables son situaciones por las que nuestras senadoras guardaron silencio desde el Congreso federal y considero que la posibilidad de tener a alguien que defienda sus causas en el Senado entusiasmó a los ciudadanos, quienes saben que a la que escribe nunca le ha temblado la voz para alzarla en defensa de Nayarit.

Dicho lo anterior, nuestros primeros dos retos serán, sin duda, luchar contra una mayoría dogmática que no está acostumbrada al diálogo con quienes piensan distinto ni a generar acuerdos. Daremos el debate para mejorar al Poder Judicial, respetando plenamente su autonomía y la imparcialidad que le caracteriza a partir de su profesionalización constante y de la carrera judicial. Tendré, personalmente, la posibilidad de recoger las demandas de los nayaritas y llevarlas al Senado, a sabiendas de que seré la única legisladora federal que podrá hablar de la realidad que vive nuestro estado, pues mi compromiso es con los ciudadanos, no con quienes detentan el poder.

Nayarit

Nayarit es un estado gobernado por Morena desde hace tres años. Como en muchas otras entidades, la existencia de contrapesos se ha visto limitada por la persecución de opositores desde el poder, lo que ha influido en que el gobierno estatal emprenda acciones que eventualmente han lesionado los derechos y libertades de los nayaritas. Yo tengo el propósito de ser quien lleve a la tribuna nacional lo que ocurre en nuestro estado, visibilizar a Nayarit. sé la enorme responsabilidad que tengo sobre los hombros, pero lejos de abrumarme me entusiasma. Soy una mujer valiente y decidida que tengo una enorme responsabilidad con miles de nayaritas: ser su voz, una voz con valor en el Senado de la República y no les voy a fallar.

Ivideliza Reyes Hernández es senadora electa por el estado de Nayarit: