Renovación Institucional

Julio 2015

Maricarmen Rizo

La Nación

Por Marco Antonio Adame Castillo. El próximo 16 de agosto nuestro Partido vivirá un nuevo episodio de renovación de su dirigencia nacional tal y como lo señala la convocatoria emitida para tal efecto. Una vez más, como ha sucedido desde su fundación, el Partido Acción Nacional designará a su jefe nacional y a su Comité Ejecutivo Nacional, ahora por el voto directo de la militancia, como lo establece la norma vigente luego de la última reforma estatutaria aprobada durante la XVII Asamblea Nacional Extraordinaria de agosto de 2013. Más allá de los pormenores sobre la próxima elección, materia que es propia de la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del CEN (CONECEN), juzgo conveniente hacer algunas consideraciones que, en mi opinión, contribuirán a garantizar la permanencia y el futuro de nuestro Partido. La primera es considerar la renovación de la dirigencia como una oportunidad para preservar su institucionalidad, toda vez que una elección es en sí misma signo de vitalidad y fortaleza institucional. Tratándose de un partido político, su primer deber es acreditar su capacidad para vivir en el orden y para darse gobierno propio. En este sentido, el PAN es depositario de una sólida tradición de valores democráticos que han acompañado a sus militantes y dirigentes desde la primera asamblea constituyente. Aun en los momentos más difíciles, aun en medio de las intensas contiendas que han distinguido la vida interna de Acción Nacional, el partido ha sabido preservar y hacer valer esta nota distintiva. Es deseable que al fragor de las actuales campañas anteceda el interés superior de fortalecer al Partido y de preservarlo como una institución al servicio de los ciudadanos, mandato y compromiso que obliga a candidatos, equipos, dirigencia y militancia entera. La segunda es condición de la primera, asegurar la equidad y legalidad del proceso, en especial ante los reiterados señalamientos y exigencias de "piso parejo" que se derivan de la valoración que hacen equipos y candidatos de las reglas, del árbitro, del padrón de militantes con derecho a voto, de la duración de las campañas, de las sanciones a injerencias indebidas o a prácticas antidemocráticas, por citar algunas de las observaciones más frecuentes. Para resolver dilemas e impugnaciones se ha designado a una comisión interna de elecciones que goza de legitimidad, autonomía y facultades absolutas para sancionar nuestro proceso electivo. El reconocimiento a la Comisión es el primer paso obligado para los contendientes, así como dejar de lado la suspicacia respecto a su idoneidad y capacidad para cumplir con su cometido. No sobra decirlo para no dar por hecho lo supuesto: acudir a esta instancia para impugnar aquello que contravenga a la convocatoria es un derecho fundamental de cada equipo; actuar con imparcialidad y justicia es obligación irrenunciable de la Comisión so pena de pervertir el proceso y dañar esencialmente a la institución; acatar sus resoluciones, favorezcan o no a las partes, es obligación de todos para garantizar la buena marcha del proceso y la legitimidad de origen que es condición indispensable para la nueva dirigencia. Finalmente, es deseable que como resultado de la elección el PAN cuente con una dirigencia fuerte, legítima, incluyente y representativa de la voluntad de sus militantes, apta para construir la unidad y para enfrentar los retos políticos que se avecinan. Para construir la unidad habrá que cuidar la integración de los órganos de gobierno y de las comisiones especializadas y de servicio, instancias que son espacios para la inclusión como fruto del diálogo, el respeto y la valoración de las capacidades que integran la rica pluralidad de nuestro Partido; también habrá que poner en marcha las reformas que sean necesarias para mejorar la vida interna y el funcionamiento del Partido y para reencontrarnos con los ciudadanos, que es quizá la demanda más sentida entre los militantes. Para enfrentar con éxito los retos electorales y políticos en las elecciones de 2016 y en la preparación de nuestro regreso a la Presidencia de la República en el 2018 habrá que modificar entre otras cosas, estructura y estrategia electoral, formación y selección de cuadros y mejorar nuestra estrategia de comunicación y redes sociales. En fin, para seguir continuando, nada mejor que procurar por todos los medios legítimos a nuestro alcance que la próxima elección de dirigencia sea, ante todo, una oportunidad para la renovación institucional del Partido Acción Nacional. Marco Antonio Adame Castillo es Secretario de Acción de Gobierno del CEN del PAN. Twitter: @MarcoAdame