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Por Marco Antonio Adame Castillo.
Al concluir las precampañas electorales e instalados en el periodo de inter-campañas –sobre el que hay una enorme confusión–, previo al inicio de las campañas electorales del 1° de julio en que habrán de disputarse más de 3 mil cargos de elección popular, lo primero que hay que decir es que el diseño del proceso electoral mexicano es largo y complejo, a tal grado que el comportamiento de los participantes en cada una de las etapas prácticamente no hace diferencia, fomenta la simulación y establece de facto una campaña de seis meses y medio de duración.
Lo anterior hace evidente la necesidad de una reforma política y electoral a fondo que defina las reglas de la participación político-electoral, entre las que destacan las relacionadas con la duración de los procesos, el financiamiento y el modelo de comunicación política, así como las reglas de acceso al poder que garanticen legitimidad de origen y la representación política. En sí, se precisa un cambio de régimen y de sistema político como lo ha planteado en su plataforma la coalición Por México al Frente.
Mientras tanto, un análisis breve del entorno socio-político y del comportamiento de los aspirantes durante el periodo de precampañas nos confirma que el tema de la elección es el cambio, opinión que comparte casi el 80 por ciento del electorado y a cuya demanda han tratado de responder los precandidatos.
Otro aspecto relevante es la descomposición social a causa de la inseguridad y la violencia, lo que genera tensiones que se reflejan directa e indirectamente en el clima del proceso electoral; es el caso de los más de 80 atentados a líderes políticos en lo que va del proceso.
Finalmente, el debilitamiento de las instituciones electorales y del Estado mexicano ante la intromisión o el uso faccioso de las mismas, como el espionaje a líderes de oposición por parte del CISEN, evidenciado por primera vez por nuestro candidato electo Ricardo Anaya en ocasión del “seguimiento” ordenado por el Gobierno federal.
Respecto a la posición de cada uno de los contendientes presidenciales en el tablero de preferencias, hoy ha quedado claro que la coalición Por México al Frente se consolida y que Ricardo Anaya es el candidato que más subió en las preferencias electorales, se coloca en la tendencia ganadora y con altas probabilidades de triunfo; que el candidato de MORENA se ha estancado en su posición de puntero, a pesar del enorme esfuerzo que ha hecho por parecer flexible y conciliador, lo que no se refleja en crecimiento ante la evidencia de su inconsistencia y la percepción de que no es confiable.
Por su parte, el candidato del PRI se observa desfondado en un lejano tercer lugar, con una campaña desangelada y errática, pues está claro que fracasaron en el intento de aniquilar a nuestro candidato para adueñarse del segundo lugar y, ahora, con serios problemas internos que ya alcanzaron a su dirigente nacional.
Durante las siguientes semanas de inter-campaña habrán de definirse los equipos de campaña, las estrategias y las propuestas que serán debatidas durante la campaña electoral, anticipando que la contienda será entre los dos aspirantes mejor posicionados, una suerte de segunda vuelta sin que esto implique desconocer el papel de los candidatos independientes que resulten.
Animado por la bandera del cambio inteligente, inspirado en el humanismo y los principios democráticos, y con propuestas que den respuesta a las principales demandas de los ciudadanos, Ricardo Anaya se prepara para ganar las próximas elecciones; a la par, nuestros candidatos al Congreso federal lucharán a brazo partido en busca de la mayoría para impulsar el cambio de régimen y el gobierno de coalición que el país necesita.
De igual forma, lo harán los candidatos en las nueve entidades con elección a gobernador, los municipios y Congresos locales, promoviendo el cambio desde lo local y las mejores condiciones de vida, con seguridad y justicia para los pueblos, comunidades y regiones del país.
A esa campaña estamos convocados todos y no hay tiempo que perder. Es momento de cerrar filas y de poner en movimiento toda nuestra capacidad política, con unidad, al servicio de esta hazaña de bien común. Tenemos razones para abrigar la esperanza de triunfo.
<strong>Marco Antonio Adame Castillo</strong> es Coordinador de la Comisión de Relaciones Internacionales e integrante de la Comisión Nacional Permanente del PAN.
<strong>Twitter: @MarcoAdame</strong><br><br>https://revistalanacion.com/opinion/pre-inter-campanas/2018-02-22)
