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Por Salvador I. Reding Vidaña.
No le demos vueltas al asunto, se puede observar cómo dirigentes políticos no parecen tener el sentido de aprender de la experiencia. Y es muy fácil corroborarlo, pues se siguen cometiendo los mismos errores evidentes y se desaprovechan los procesos que llevan al éxito electoral. Acción Nacional sufre de este mal: se ve que no aprendemos de la experiencia, sobre todo de los fracasos.
No particularicemos sobre los comicios de junio de 2017, por el largo y crítico proceso postelectoral. Pero ya hay mucho que decir, se puede comenzar a analizar… y aprender.
Acción Nacional no ha dado muestras de hacer siquiera recuentos de daños de manera formal. Sobran los lamentos, las acusaciones y los enojos, y lo peor: las sorpresas que no debían serlo. Falta el sentarse a la mesa de reflexión y tras largas disquisiciones llegar a conclusiones que eviten cometer los mismos errores, puesto que se sigue tropezando con piedras semejantes y cometiendo errores de acción y quizá más que nada, de omisión.
Uno de los peores y repetidos errores es creer que lo importante es ganar elecciones, y no el gobernar municipios o entidades bajo la doctrina y las plataformas panistas. El caso perfecto de estudio es el de Sinaloa, con Malova, un priista al que el PAN llevó al poder para que gobernara como priista con priistas. Y su mal gobierno fue etiquetado como “panista”. Pero ya nos había pasado antes y no aprendimos.
En campaña se repiten errores ya conocidos, pero que no marcaron una línea para evitarlos. Candidatos equivocados, equipos de campaña novatos, incapaces o con asesores fracasados, gastos desperdiciados por no digo mala estrategia, sino ninguna estrategia. Temas de discurso fallidos. Ofertas absurdas de campaña y ofrecimientos verdaderamente populistas, de los criticados a los adversarios.
Se aprende más de los errores que de los triunfos, es una regla general, que se ve en la política. Pero no existen los grupos de verdadero análisis para estudiar qué pasó, lo bueno y lo malo. No hay nuevas guías de decisiones y estrategias para prepararse a las siguientes campañas.
El año 2018 es crítico para el país, no sólo para el panismo, y es hora ya de ponerse a reflexionar sobre las experiencias electorales de 2016 y 2017, en vista a 2018. ¿Por qué la gente votó como lo hizo, por qué el discurso populista se impuso? La única manera de hacer mejores campañas es aprender, lo cual no sucede ni en pláticas de café ni en discusiones informales o peleando en Facebook. Hay que aprender, pero formalmente, como en todo conocimiento, y corregir o mejorar rumbos en lo necesario.
<strong>Salvador I. Reding Vidaña</strong> es Coordinador del Consejo de Plumas Azules. <strong>Twitter: @siredingv</strong><br><br>https://revistalanacion.com/opinion/analizar-y-aprender/2017-07-19)
