Meméxico lindo y…
Abril 2025
Sergio Rodríguez Colín

El próximo 1 de junio se llevará a cabo la mayor farsa jamás orquestada en la historia de México: la elección del Poder Judicial 2025. El proceso de esta “elección” ha generado entre la ciudadanía más dudas que certezas y no sólo por las sui géneris campañas de los aspirantes a ocupar un lugar en el sistema de justicia mexicano, sino por la laxitud de las reglas del propio procedimiento.
El primer dato es que para la jornada electoral el Instituto Nacional Electoral (INE) mandó a imprimir 602 millones 387 mil 442 boletas, mismas que de no usarse en su totalidad no podrán ser inutilizadas por los funcionarios de casilla, lo que nos lleva al primer cuestionamiento: ¿qué pasará con las boletas sobrantes en cada una de las casillas de votación?
A esta pregunta hay varias respuestas, entre ellas, es qué si estas boletas servirán para inflar el número de votos, por ejemplo, de aquella o aquel candidato o candidata que aspire a presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien para llegar a este cargo sólo tiene que tener la mayoría de la votación.
El segundo cuestionamiento es: ¿por qué no se contarán los votos el día de la elección? Arbitrariamente, el personal del INE contará los sufragios días después de realizada la jornada electoral, lo que le quita legalidad y transparencia a la elección de quienes integrarán al próximo Poder Judicial.
Aquí es donde más entra la mano negra del oficialismo para colocar a alguien de sus alfiles en la SCJN, llámese Yasmín Esquivel, Lenia Batres y Loretta Ortiz, quienes ilegalmente están compitiendo por ser presidentas del máximo tribunal del país, pero sin dejar sus funciones como ministras de la Corte.
A estos nombres se suman otros como los de Bernardo Bátiz, Paula María García Sánchez Cordero, Jorge Emilio García Villegas Sánchez Cordero, o el de las allegadas al ex ministro Arturo Zaldívar, Fabiana Estrada Tena y Ana María Ibarra.
Además, está también la invención, por parte del INE, de 60 “distritos judiciales electorales”, término que, por cierto, no existe en la Constitución. Distritos que no corresponden con los 32 circuitos del Poder Judicial de la Federación y que mucho menos se apegan a la geografía electoral de cuando se elige a los integrantes del Congreso de la Unión.
En conclusión, esta será una elección a modo para que el grupo en el poder, Morena, coloque a los suyos en el Poder Judicial, terminando así con la República y su división de poderes. México abrirá la puerta para que este mismo grupo se perpetúe en el poder. Pobre Venezuela, pobre Nicaragua, ¡ah!, perdón, estamos hablando de México.