Los recursos del Infonavit son de los trabajadores, no del gobierno
Enero 2025
Ricardo Anaya Cortés

La reciente propuesta de Morena para reformar la ley del Infonavit representa un peligroso retroceso para los derechos de los trabajadores mexicanos. No se trata de construir más viviendas, como quieren hacer creer, sino de centralizar el control del Instituto, desvirtuar su propósito y poner en riesgo los ahorros de millones de trabajadores. En Acción Nacional queremos dejar algo muy claro: estamos absolutamente a favor de que más mexicanos puedan acceder a una vivienda digna, y por eso, en el 2024, respaldamos la reforma constitucional que permite la construcción de dos millones de casas. Sin embargo, lo que Morena propone hoy no tiene nada que ver con ese objetivo. Esta reforma no es más que un intento de tomar el control total del Infonavit y manejar a su antojo los recursos que no les pertenecen.
El primer punto crítico de esta propuesta es la modificación del artículo 42, que permite al Infonavit disponer de los recursos bajo su administración. Actualmente, el Instituto maneja dos billones de pesos, dinero que pertenece a los trabajadores y está en sus subcuentas de vivienda. Lo que Morena propone es abrir la puerta para que esos recursos puedan ser utilizados a discreción. Esos dos billones de pesos no son del Gobierno, son el ahorro de toda una vida de los trabajadores mexicanos. Si estos fondos son mal administrados, los trabajadores perderán su patrimonio, lo que representa un golpe directo a la economía y la estabilidad las familias mexicanas. Esto no es sólo inaceptable, es una traición al propósito mismo del Infonavit.
Además, Morena busca desmantelar el equilibrio que existía en la representación dentro de los órganos de decisión del Infonavit. Hasta ahora, el Consejo de Vigilancia estaba compuesto por tres representantes de los trabajadores, tres de los patrones y tres del gobierno, asegurando una distribución justa de poder. Sin embargo, la reforma al artículo 17 cambia esta estructura para darle mayoría al Gobierno, con cinco representantes frente a solo dos de los trabajadores y dos de los patrones. Este desequilibrio se repite en los Comités de Auditoría y Transparencia, en donde el Gobierno, con esta reforma, se otorga el control absoluto. Lo que antes era un modelo balanceado, ahora se convierte en una estructura que excluye completamente la voz de los trabajadores y los patrones, dejando al gobierno con el poder total sobre las decisiones del Instituto.
Como si eso no fuera suficiente, la reforma también elimina los controles externos que garantizaban la transparencia en el manejo del Infonavit. Hasta ahora, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores supervisaba las operaciones del Instituto, asegurando que se ajustaran a las normas establecidas y a las sanas prácticas financieras. Pero Morena ha decidido quitar estas facultades en el artículo 66 y transferir todo el control a la Secretaría de Hacienda. Esto significa que ya no habrá un contrapeso independiente para fiscalizar las operaciones del Infonavit. Todo quedará bajo el control del gobierno, lo que abre la puerta a un manejo opaco y potencialmente desastroso de los recursos de los trabajadores.
Por último, esta reforma transforma por completo la esencia del Infonavit. Desde su creación, el propósito del Instituto ha sido claro: otorgar créditos a los trabajadores para que puedan comprar una casa. Esto cambia con la modificación del artículo 41, que permite al Infonavit otorgar créditos a los organismos de vivienda de las entidades federativas. En otras palabras, el Infonavit ya no será un instituto al servicio de los trabajadores, sino un banco que financie a los gobiernos estatales. Este cambio no sólo desvía recursos que deberían ser para los trabajadores, sino que compromete el propósito original del Instituto.
Morena intenta vender esta reforma como una solución para construir más casas, pero la realidad es que esta propuesta está diseñada para otorgar más control al gobierno. Con esta reforma, el gobierno podrá disponer del ahorro de los trabajadores, eliminará su representación en los órganos de decisión del Infonavit y convertirá al instituto en un instrumento al servicio de los gobiernos estatales. En Acción Nacional decimos con firmeza: esta reforma no es para construir casas, es para construir poder. No vamos a permitir que el gobierno ponga en riesgo el patrimonio de millones de familias mexicanas.
El Infonavit no pertenece al gobierno, pertenece a los trabajadores. Los recursos que custodia son de los trabajadores, no del gobierno. Es momento de defenderlo con toda nuestra fuerza, porque cada peso ahorrado en esas subcuentas representa el esfuerzo, el sacrificio y el futuro de millones de mexicanos. No permitiremos que Morena lo convierta en su banco personal. En el PAN seguiremos luchando por un México donde los trabajadores sean los protagonistas y no las víctimas de un gobierno que todo lo quiere controlar. ¡No más abusos!, ¡No más retrocesos!, ¡El Infonavit es de los trabajadores y así debe permanecer!
Ricardo Anaya Cortés es coordinador del GPPAN en el Senado de la República.
