Editorial

Diciembre 2025

Redacción

La Nación

Nuestra edición de diciembre no es un número más. Es un documento vivo de un momento que quedará grabado en la memoria de nuestra institución porque relata los pormenores de nuestra XXVI Asamblea Ordinaria y la XX Asamblea Extraordinaria. Es crónica porque narra; análisis porque interpreta; testimonio porque registra; celebración porque reconoce. Aquí se recogen las entrevistas que aportaron espontaneidad, los discursos que dieron claridad, las reformas que marcan rumbo, las imágenes que capturaron el espíritu de la jornada y la exposición de un año de trabajo de la presidencia de Jorge Romero Herrera.

Este año, las asambleas nacionales se convirtieron en el corazón palpitante del PAN. No sólo por su tamaño o por su relevancia, sino por lo que significó como espacio de encuentro, de debate e identidad. Fue una jornada que no se mide en horas, sino en símbolos; que no se explica con datos, sino con emociones

Las entrevistas en vivo —esas que capturaron el pulso real de la gente, no el de un libreto— confirmaron algo que a veces se olvida: que el PAN tiene músculo, sí, pero sobre todo tiene alma. Voces jóvenes hablando de futuro con una claridad sorprendente; militantes con décadas de historia expresando su deseo de renovación con esperanza; un ánimo distinto, de esos que pocas veces coinciden en un mismo espacio.

Y en medio de esa atmósfera, la Asamblea tomó decisiones que marcarán el rumbo del Partido para los próximos años. La reforma de estatutos no fue un trámite ni un ajuste menor, sino un acto de madurez política. Implicó abrir espacio a nuevas formas de representación, incluir a sectores históricamente relegados, fortalecer mecanismos de transparencia y asumir una visión de partido que no teme mirarse al espejo.

Al inicio de la jornada, el discurso del Presidente trazó una ruta clara: defender la democracia frente a quienes buscan reducirla; recuperar la seguridad desde una perspectiva civil, no militarizada; acompañar la economía con responsabilidad y sensibilidad social; reconstruir la confianza ciudadana con ética pública y cercanía real.

Llega la Navidad y el Año Nuevo, y con ellas el deseo compartido. Que la Navidad traiga esa paz que toca lo cotidiano: la que se siente en la mesa familiar, en la calle tranquila, en la certeza de que estamos juntos incluso en lo difícil. Que el Año Nuevo llegue con valentía y renovada fuerza para defender la Patria, la Familia y la Libertad, porque lo que viene exigirá altura, determinación y un profundo amor por México. El 2026 no será sencillo, pero tampoco será imposible. Tenemos rumbo, tenemos visión, tenemos causas y tenemos comunidad. Y si algo nos enseñó la Asamblea es que, cuando estamos unidos, nada nos queda grande.

De parte de este equipo editorial, gracias por caminar este año con nosotros. ¡Feliz Navidad, próspero Año Nuevo!

La nación