Transformación de 4Ta
Noviembre 2023
Gerardo de la Cruz Alegría
En el absurdo escenario político jóvenes como Rommel Pacheco y Pedro Kumamoto han dado un salto mortal hacia Morena, desgarrando el disfraz de demócratas que alguna vez portaron, en otras palabras, un par de jóvenes mercenarios con ambición de poder. Mientras tanto, el novato neoleonés se suma al espectáculo como un payaso sin gracia. La tragedia golpea con pandemias y desastres. Los crédulos se embriagan con las promesas del presidente, pero los fondos se desvanecen en megaproyectos que no sirven ni servirán. En la Cámara de Diputados la mayoría morenista prefiere financiar la “estrella de la muerte” en Santa Lucía que reconstruir Acapulco.
Jóvenes destruyendo el futuro
Conforme nos acercamos a las elecciones presidenciales más se dejan ver los oportunistas grillos que van saltando de aquí para allá, tal es el caso de Rommel Pacheco y Pedro Kumamoto, a quienes ya les salió el cobre y saltaron a Morena. No olvidemos que en su discurso defendían la democracia y criticaban los malos gobiernos y decisiones del presidente, pero de buenas a primeras pasaron de un enojo a un enamoramiento sin sentido, o más bien, con mucho sentido, pues seguramente negociaron alguna posición que no se les daba con esa alianza ridícula. Otro que sabe que no va a ganar, pero le hace el jueguito a los guindas es el ridículo nuevo, nuevo leonense, Samuel García. Así se forja una nueva generación de jóvenes destruyendo el futuro.
Lost Acapulco
Mientras se repartían el FONDEN en cosas que no tienen sentido años atrás, no se esperaron que vinieran tragedias como la pandemia y los desastres de Acapulco. No es que no se lo esperaban, sino que como el familiar gandalla de la familia, vieron un guardadito debajo del colchón y se lo gastaron en golosinas, que para ellos vienen siendo los megaproyectos del presidente que no sirven ni van a servir, bueno, tal vez sólo para desviar recursos. Aquí los que pagan siempre vamos a ser los mortales, pero los que tienen que aprender son los crédulos que se dejan endulzar el oído por las promesas chafas del presidente y sus sequitos de cuarta.
Mayormente quebrados
Y en la Cámara de Diputados la mayoría morenista, aún ya habiendo sucedido lo de Guerrero, no aprobó un fondo para la reconstrucción de Acapulco. Lamentablemente, el “lado oscuro” tenía la solución en sus manos y la dejaron ir sin ningún objeto de conciencia. Los mal intencionados destinaron la mayor parte de los recursos a los proyectos fallidos del presidente, que ya costaron muchísimo más de lo que presupuestaron al inicio. Ya se habría terminado el aeropuerto de Texcoco con menos de lo que se lleva perdido en Santa Lucía. Mientras puedan sacar para su “estrella de la muerte”, los “sith” no dejaran pasar ni un peso para los que lo necesitan.
La traición
Y ya que andamos hablando del hueso que más te acomode, el ex gobernador hidalguense, Omar Fayad, consiguió ser nominado como embajador en Noruega, gracias al favor que le hizo al presidente por no meterse en la campaña de su estado y darle vía libre a Morena. El ex priista traicionó a su partido por la embajada en un país muy lejano, en donde no le recordarán lo sucedido y se dará unas vacaciones del fallido estado que dejó. Este acto es más inesperado que un giro de trama en una serie de Netflix. ¿Quién imaginaba que la búsqueda de hueso sería más intrigante que una temporada de Stranger Things?
Mi villano favorito
Claudia Sheinbaum, cual villano de Hollywood, ha llevado su afán de poder al extremo de espiar a la oposición, violando descaradamente la ley. Este acto, más propio de una trama de House of Cards que de la realidad, revela su desesperación por mantenerse en el poder. Como un dictador de película de James Bond, Claudia ha optado por tácticas siniestras, traicionando la confianza del pueblo. Al violar la ley, la favorita del presidente ha cruzado la línea entre el poder legítimo y el abuso de autoridad, recordándonos a los malvados de Game of Thrones, en donde el juego político puede convertirse en un juego sucio.