Meméxico lindo y…
Agosto 2025
Sergio Rodríguez Colín
La Reforma Electoral 2024 propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum tiene un solo y claro objetivo: apropiarse de las instituciones electorales para legitimar las victorias del partido oficialista.
A diferencia del anterior partido hegemónico, Partido Revolucionario Institucional (PRI), que durante las décadas de los 50´s, 60´s, 70´s, 80´s y finales de los 90´s, batalló para legitimar sus victorias en las urnas, ahora el partido Morena pretende adueñarse de todo el proceso electoral para garantizar la legalidad de sus posibles triunfos en los comicios.
En la década de los 60´s y 70´s, el PRI enfrentó protestas estudiantiles y el levantamiento de grupos guerrilleros que pusieron en duda su hegemonía electoral, lo que a la postre llevó a este instituto político a perder la mayoría legislativa y la presidencia de la República.
Para evitar llegar a esta situación, hoy día, Morena, con una mayoría legislativa ilegal, pone en la mesa la reforma electoral bajo el falso argumento de que se deben cambiar las instituciones electorales por ser muy caras para las y los mexicanos.
En este sentido, el ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Leonardo Valdés Zurita, durante el foro “Reforma Electoral. Construcción de una Alternativa”, realizado el martes 12 de agosto, señaló: “la gran clave de la reforma electoral está en la centralización del poder político, en la construcción de un régimen autocrático que se disfraza de democracia para mantenerse en el poder”.
Lo anteriormente expuesto se sustenta con lo planteado en esta reforma electoral: creación del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), que reemplazaría al hoy Instituto Nacional Electoral (INE); desaparición de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLEs); eliminación de las diputaciones por la vía plurinominal; reducción de diputaciones locales y regidurías en los ayuntamientos.
Además, también se plantea que los consejeros del INE y magistrados del Tribunal Electoral sean elegidos por voto directo, lo que supone un pleno servilismo al partido oficial al contar con una mayoría en el Poder Legislativo y próximamente en el Poder Judicial.
Ante estos despropósitos es clara la intención de la presidenta Sheinbaum y del partido oficialista: perpetuar a Morena como partido hegemónico en México.