Los migrantes y su ingreso a nuestro país
Mayo 2019
Maricarmen Rizo
Por María Elena Álvarez Bernal. La migración es un fenómeno que existe desde los más remotos tiempos. Los primeros pobladores se ubicaban en una zona que naturalmente les podía proporcionar los medios para subsistir y cuando éstos eran agotados por ellos, emigraban a otras tierras que tenían recursos naturales que los satisfacían por un tiempo. Así repitieron sus migraciones hasta que fueron aprendiendo a sembrar y producir por ellos mismos lo que requerían para su sustento, lo cual les permitió permanecer en un lugar y así empezaron a formarse los pueblos y ciudades. Las migraciones disminuyeron, pero no desaparecieron. Si los habitantes de un pueblo se enteraban que en otro había mayores oportunidades emigraban hacia él, pero con el paso del tiempo y con los descubrimientos que se sucedían para mejorar las condiciones de vida se fueron formando ciudades en las que sus pobladores se arraigaban en ellas y se sentían orgullosos de haber nacido y vivido en su ciudad. Con el aumento de la población se dio el hecho de que en algunas ciudades no todas las personas encontraban trabajo o medios para la educación de sus hijos. Ante esa realidad, las familias emigraban hacia ciudades con mayor desarrollo y en las que encontraban satisfacción a sus necesidades. Hubo una época en que, por los bajos salarios, muchos mexicanos emigraban a Estados Unido, ahora esto ha disminuido. Actualmente, las migraciones en el mundo han aumentado en forma preocupante, pues países asolados por la guerra quieren emigrar a ciudades desarrolladas y que viven en paz. Los países escogidos se resisten a recibirlos. La ONU ha intervenido convenciendo a los estados para que los reciban aun cuando no es posible que sea en la cuantía que se requiere. Muchos se han quedado afuera de las ciudades y los organismos internacionales los apoyan con alimentos y medicinas. En nuestro país se ha presentado ahora un movimiento migratorio, vienen ciudadanos del Centro y Sur de América que se proponen llegar a los Estados Unidos, para lo cual tienen que atravesar nuestro territorio. Durante su paso por México se les atiende en lo indispensable, pero esas migraciones han aumentado considerablemente y cada vez es más difícil darles alimento, alojamiento y en ocasiones algunos requieren atención médica. Cuando llegan a la frontera de los Estados Unidos se encuentran con dificultades para ingresar como era su propósito y permanecen en las ciudades mexicanas colindantes, esperando la posibilidad de hacerlo. Ante esta realidad, México se ha esforzado por atenderlos, les ha ofrecido algunos puestos de trabajo, que no son suficientes ni satisfactorios. Es un problema que difícilmente tiene una solución satisfactoria. En los tres primeros meses de este año entraron a nuestro país 300 mil migrantes. La tercera parte de ellos eran menores de edad. Los cubanos y antillanos usan a Nicaragua como trampolín para alcanzar el territorio mexicano y desde nuestra frontera buscan ingresar de manera irregular a los Estados Unidos. Los hondureños que emigran son muy numerosos, lo hacen en su desesperación por huir de la pobreza y la violencia. El Comisionado del Instituto Nacional de Migración señala que la Federación y los gobiernos estatales están haciendo un gran esfuerzo para apoyar con servicios médicos y alimentos a todos los migrantes. Las autoridades migratorias mexicanas han pedido a los migrantes que respeten las leyes del país, ya que se han dado conatos de violencia, lo cual indica que algunos no están respetando debidamente nuestras leyes. La solución a este problema de las migraciones se daría si en los países de los migrantes se ofrecieran oportunidades de empleo y se esforzaran para que haya paz y orden. Es muy preocupante que la mayoría de los migrantes sean jóvenes y niños, lo cual es una gran pérdida para esos países porque están cancelando su futuro. Sería deseable que los empresarios de países desarrollados establecieran en esos países sus empresas para ofrecer empleos y evitar la migración. Los gobiernos de las ciudades expulsoras, por su parte, tienen que hacer esfuerzos especiales para lograr que termine la violencia y así sus habitantes no tendrían la necesidad de emigrar. Algunas de las ciudades mexicanas que reciben migrantes tienen gobiernos emanados del PAN, los cuales han hecho serios esfuerzos por atenderlos debidamente. Se requiere también que los legisladores revisen nuestras normas migratorias y, si se considera que requieren ajustes, tratar de hacerlos lo antes posible. Nuestras fronteras tienen que ser debidamente resguardadas y, sin violar los derechos humanos, lograr que no ingresen al país quienes no deban hacerlo. María Elena Álvarez Bernal es Directora del Centro de Estudios para la Mujer Blanca Magrassi y Consejera Nacional del PAN.