Llegué al PAN y ya no pude salir
Mayo 2022
Andrés Castro Cid
En 1995 se vivió una campaña muy interesante. Primero, se realizó la elección interna en el PAN para competir por una diputación local en Tamaulipas. Mis compañeros en el Partido me dijeron: queremos que te registres, todas y todos me apoyaron. Se adquiere trascendencia cuando se identifican y se integran los participantes de un partido con un objetivo: apoyar a quien gane democráticamente y así salir fortalecidos al exterior, así lo recordó María Doris Hernández Ochoa, militante del Partido Acción Nacional desde 1986, año en que se registró a este instituto político en el puerto de Tampico, Tamaulipas.
El staff de la revista La Nación conversó con Doris, quien, con gran orgullo, nos contó su historia o sólo una pequeña parte de ésta, ya que es una mujer muy activa, académica, consultora, militante activa y consejera integrante de la Comisión de Doctrina en el actual Consejo Directivo Estatal. Actualmente, se desempeña como delegada de Transporte Público en la zona conurbada Tampico-Altamira-Ciudad Madero, reportando a la subsecretaría de Transporte Público de Tamaulipas en el gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca.
La destacada panista platicó que en 1995 le favorecieron los votos para competir por el distrito I - primer triunfo de Acción Nacional en una diputación local-, mientras que por el XV se registró Enrique Navarro y por la presidencia municipal, Diego Alonso Hinojosa Aguerrevere.
Entonces, apuntó, iniciamos Diego, Enrique y yo una campaña alegre, intensa y con determinación. Fue una competencia fuerte contra el partido oficial que tenía candidatos con poder económico y político.
El día de las votaciones, recordó con entusiasmo, un 19 de noviembre del 95, triunfamos en las tres posiciones. Por primera vez, Acción Nacional ganaba la presidencia municipal y las dos diputaciones locales en Tampico y otras dos en Matamoros.
De su labor en el Congreso de Tamaulipas aseguró sentirse orgullosa, pues fue un trabajo muy intenso donde el grupo parlamentario presentó 23 iniciativas, entre otras, la Ley de Desarrollo Económico, que ya tenía 40 años de antigüedad, la Ley contra la Violencia Intrafamiliar y se actualizó la Ley de Protección Civil.
“Reformamos el Código Civil, la Ley de Educación y reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo, así como la actualización de la Ley Orgánica de la Administración Pública, la que se refiere a los establecimientos expendedores de bebidas alcohólicas y reformas a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos”.
Pero ya antes, en 1991,el PAN había prendido la mecha de la alternancia, agregó, pues estando a dos días para que venciera el plazo en el instituto electoral del estado para registrar candidaturas, se invitó como candidata externa a Carmen Bolado del Real (qepd), quien lideraba algunos grupos cívicos, para contender contra un poderoso líder sindical; la sociedad reaccionó en favor nuestro porque se trataba de un candidato que estaba agraviando a los agremiados y presionando además al sector patronal.
Para Doris fue el año de 1991 el parteaguas para Acción Nacional, porque a partir del triunfo electoral con el 52 por ciento de los votos, la sociedad, antes apática, se dio cuenta de que el triunfo de la oposición era posible y empezó a participar votando en primera instancia.
Otros temas del pasado, recordó, cuando la membresía era escasa, sin recursos y ocupando una oficina muy modesta con dificultad para pagar su alquiler, se tuvo la visita de prominentes líderes del Partido, como don Luis H. Álvarez quien, al dar una conferencia abierta, un asistente le preguntó que por qué el PAN no gana, no crece. Don Luis, con su proverbial sabiduría, contestó: “Esto sucederá cuando los ciudadanos tomen la decisión de participar, porque no es tarea de unos cuantos sino de todos para que se involucren en la filosofía y los valores de Acción Nacional”.
De este ameno encuentro, es importante rescatar el relato con el cual abrió la conversación con Doris: ¿cómo fue el momento en que se acercó al PAN?
“En Tampico, recuerdo muy bien, mi esposo, Roberto Guzmán Quintero, me dijo: voy a visitar la oficina del Comité Directivo Municipal con la intención de registrarme. Y así lo hizo días después a mediados de 1986. Poco después asumió la secretaría general y se involucró en las actividades. “Hacia al fin de año me acerqué para participar con mi repostería en los festejos navideños y en otras actividades hasta que me afilié, siendo ahora una de las personas con mayor antigüedad en todo el estado, de 1986 a 2022, son 36 años de militancia activa y permanente, y firme en favor de la democracia”.
En esa época, dijo, al Partido lo sostenía la fuerte creencia, el sentido de pertenencia y fe en el provenir, con casi nulas posibilidades de llegar al poder por la ausencia de votantes en su favor. Pero ese era el gran reto.
La convicción partidista que mostraban los viejos panistas tuvo su impacto en los nuevos miembros. Recordó a don Luis Muñiz, a María Elena Molina y su familia, a doña Cuquita Fajardo, a Raúl Chao, a Sergio Meza y sus hermanos, Juan Salem y su esposa Estelita, Rubén Aguilar, a la familia Heredia, descendientes de uno de los fundadores del PAN nacional, a Efraín Dávila y otros que no aparecían, pero que cooperaban de alguna manera desde fuera.
Ahora, continuó, el PAN de Tampico es modelo en todo el estado, con una membresía unida y preparada políticamente, teniendo en su haber a tres alcaldes y varios diputados locales y federales que han llevado el estandarte en lo alto, gozando de prestigio.