Final de Partida, Peter Turchin
Octubre 2024
Julio Castillo López
El libro salió este año y tiene casi 400 páginas. Lo conocí gracias a la sugerencia de Ramón Muñoz, quien fuera encargado de la oficina de Innovación Gubernamental en la época de Vicente Fox. Una vez avanzada su lectura, Luis Felipe Bravo Mena también me habló sobre el texto y con base en las notas personales y los comentarios, tanto de Ramón como de Luis Felipe, construí la presente reseña.
Peter Turchin, biólogo convertido en historiador, explora en Final de Partida el fenómeno de los ciclos históricos de auge y decadencia, fundamentándose en un enfoque novedoso que denomina “cliodinámica”. A través de este análisis, Turchin combina herramientas propias de la ciencia de datos y modelos matemáticos para identificar patrones históricos comunes en sociedades complejas a lo largo de los últimos 10 mil años.
El punto central del análisis de Turchin es que, a pesar de las diferencias culturales, geográficas o económicas entre las sociedades, hay factores recurrentes que contribuyen a su inestabilidad. Para Turchin, los principales motores de crisis social y política son la pauperización del pueblo y la sobreproducción de élites. En su libro, estos dos conceptos son claves para comprender los desequilibrios que llevan a las sociedades al colapso.
Uno de los temas que más resuena en el libro es la creciente desigualdad económica y su impacto en la cohesión social. El autor señala que cuando los salarios reales se estancan, la clase media se empobrece y las élites acumulan cada vez más riqueza, se activa una especie de “bomba de riqueza”. Este fenómeno desplaza la prosperidad hacia una minoría en la cúspide, mientras el resto de la población ve deteriorarse su calidad de vida. Este patrón es cíclico y recurrente, y para Turchin, sociedades tan dispares como la China imperial o la Francia medieval han vivido colapsos similares al que se vive actualmente en Estados Unidos y también, aunque no lo expresa así, en México.
Turchin también resalta la importancia de la sobreproducción de élites como un indicador de crisis. A medida que la élite crece, sobre todo en número de aspirantes con educación superior, la competencia por los limitados puestos de poder y prestigio se intensifica, generando un número significativo de “contraélites”. Estos aspirantes frustrados, excluidos de los círculos de poder, son quienes más cuestionan el sistema y quienes, históricamente, han desencadenado revoluciones o revueltas.
A lo largo de Final de Partida, Turchin explica cómo el conflicto entre las élites y la pauperización de la clase media no sólo conducen a la polarización política, sino que también minan la confianza en las instituciones. Este deterioro se vuelve evidente cuando tanto las élites como los ciudadanos comunes comienzan a actuar fuera de las normas sociales y democráticas para lograr sus objetivos. En su análisis, Turchin señala que fenómenos recientes, como la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos, son manifestaciones de una creciente inestabilidad que se viene gestando desde hace décadas.
Otro elemento crucial que Turchin aborda es la deuda pública y cómo su explosión suele ser una señal de advertencia de una crisis política inminente. Combinada con la creciente desigualdad, la pauperización del pueblo y la sobreproducción de élites, el aumento de la deuda pública tiende a debilitar la legitimidad del Estado, lo que facilita la aparición de movimientos populistas y desafiantes del orden establecido.
A lo largo del libro, Turchin destaca la importancia de la ciencia de la complejidad como una herramienta para entender estos fenómenos históricos. Argumenta que, aunque las dinámicas sociales complejas pueden parecer abrumadoras, a menudo son impulsadas por un conjunto limitado de factores interactuando de manera predecible. Además de los dos factores centrales que maneja el autor y que insistentemente identifica como sobreproducción de élites y pauperización del pueblo, suma dos adicionales, aunque con menos importancia: los valores de la cultura dominante y la situación geopolítica.
En conclusión, Final de Partida ofrece una visión profunda y preocupante sobre el futuro de las sociedades modernas, destacando cómo la historia tiende a repetirse bajo patrones similares. Para Turchin, la clave para evitar colapsos sociales reside en controlar la sobreproducción de élites y restablecer un equilibrio económico que reduzca la desigualdad. Sin embargo, el autor es pesimista sobre la capacidad actual de las sociedades para revertir estas tendencias. El libro, aunque centrado principalmente en Estados Unidos, también tiene lecciones aplicables a otras latitudes, incluido México, en donde los problemas de desigualdad y de confianza en las instituciones están más presentes que nunca.
Julio Castillo López es Presidente de la Fundación Rafael Preciado Hernández.