Amor al Partido: la historia y la capacitación

Junio 2021

Juan Pablo Castillo

La Nación

Héctor Treviño y Aguilar es un panista de abolengo de 74 años. Nació en la Ciudad de México el 13 de septiembre de 1947, es nieto de José L. Aguilar Silis, uno de los que firmaron el acta constitutiva del PAN en 1939.

“Si hay algo que tenemos es amor al Partido, son ya 53 años como militante. Comencé en 1964 en la elección presidencial de José González Torres como un integrante, no formal, de pandillas”, relató en charla con La Nación.

En esa campaña, continuó, se instaló un programa que fue uno de los indicios que nos diferenciaron de otros partidos políticos: “Enseñando a leer para enseñar a votar”. Después de eso, cuando cumplí 18 años empecé a difundir a Acción Nacional y me convertí en capacitador.

“Soy parte de la primera generación del Sistema Nacional de Capacitadores de Acción Nacional (SCAN) y es una labor que sigo ejerciendo a la fecha. He dado, aproximadamente, mil 286 cursos a nivel nacional”. En 2019 recibió el Premio al Mérito Voluntario por esta labor.

Treviño y Aguilar es humanista y el único partido que le daba la oportunidad de ejercer esa cualidad era Acción Nacional, por eso se unió al instituto político para el cual sigue trabajando hasta la fecha. “En el Partido somos una familia, lo que nos hace diferente de los demás es que somos amigos”.

Prueba de ello, es que su abuelo era vecino de Efraín González Luna y ahí conoció a Manuel Gómez Morin, se quedaba con la boca abierta oyéndolos hablar, tenían ideas diferentes y similares, y gracias a esos encuentros aprendió mucho.

“En específico, con don Manuel conviví pocas veces, era una persona muy seria. Cuando abría la boca, sin ser un gran orador, te daba cátedra, era increíble, no puedo calificarlo de hosco, pero si era una persona que te ponía barreras, mientras que don “Efra” era apegado y muy amable”.

Además de ser capacitador, Héctor Treviño fue delegado, Secretario General de Capacitación, Coordinador de Capacitación, Secretario Técnico de Capacitación y de Vinculación con la Sociedad en el Estado de México.

“He colaborado con una gran cantidad de municipios en todos los aspectos, desde lo electoral hasta la capacitación de candidatos. Tengo un instituto que es paralelo al Partido, donde ‘empanizo’ a la gente, manejamos muchos seminarios, sobre todo los que nos piden en los temas de cultura, política y administración, es el Instituto Mexiquense Humanista de Cultura Política y Administración, del cual soy presidente del consejo y soy director académico”.

Sólo para que se den una idea, prosiguió, he dado cursos en el patio de una iglesia en Huixquilucan, Estado de México, porque hay comités municipales muy pequeños, hubo ocasiones donde sólo podíamos ser 40 personas, o, incluso, di un curso en un basurero.

 

Escuela de ciudadanos

Treviño y Aguilar explicó que una parte fundamental de su trabajo es convivir y trabajar con jóvenes, señaló que ya es necesario que exista un relevo generacional en el área de capacitación de Acción Nacional y que vuelva a ser una escuela de ciudadanos.

“Si volvemos a retomar al Partido como una escuela de ciudadanos, vamos a volver a obtener el crédito, el que los jóvenes vuelvan a creer que Acción Nacional es una real opción para tener una posibilidad, ser un contrapeso a un mal gobierno como el actual. Recuerden, somos un partido de posición y nuestra posición concurrente es con todo aquello que beneficia al país y que no lo perjudique. El PAN no nace como un partido político, nace como una organización de mexicanos preocupados por la situación del país, tenemos que retomar esa postura”.

El mensaje es claro, agregó, algunos creen, otros ya no porque se viven muchas situaciones dentro del Partido, un ejemplo es cuando se pasa de ser una escuela de ciudadanos a un partido electorero, no, se tienen que formar buenos ciudadanos, así vamos a ganar elecciones.

Señaló la necesidad de establecer una ciudadanía real, que tenga los principios fundamentales para llevar al poder a la gente que tenga la capacidad de ejercerlo.

Lamentó que, por esta problemática, Acción Nacional dejó de tener identidad y que sólo se volvió atractivo por haber ganado la Presidencia de la República dos veces; por eso hubo una inmensa cantidad de militantes que se afiliaron, pero la mayoría no sabían nada del Partido.

“Si no retomamos todo esto nos vamos a convertir en un partido cualquiera con una estructura que puede decaer, tenemos que retomar lo que nos dio una identidad”.

Invitó a los jóvenes, además de prepararse académicamente, a que hagan de tres a cuatro horas de trabajo comunitario; verán lo bien que funciona cuando la gente tiene ganas de hacer las cosas, eso ayudará mucho a Acción Nacional para que sea visto como un instituto humanista y no un instituto electorero que sólo trabaja de tres a cuatro meses cada tres años.

La nación