¡Habemus Papam!, León XIV

Mayo 2025

Maricarmen Rizo

La Nación

Con un llamado a la paz, el desarme, poniéndose en las manos de Dios y con la afirmación de que el mal no prevalecerá, asumió su pontificado Robert Prevost, quien eligió el nombre de León XIV.

La tarde del 8 de mayo, la fumata que emergió de la Capilla Sixtina fue de color blanco anunciando que el Colegio Cardenalicio había elegido al 267 sucesor de Pedro, quien tiene 69 años, pertenece a la Orden de San Agustín y era el prefecto para el Dicasterio de los Obispos.

Visiblemente emocionado, conteniendo incluso las lágrimas, ante miles de personas en la Plaza de San Pedro y millones en el mundo que seguían la transmisión en vivo, el nuevo Papa, nacido en Chicago, con raíces mixtas —francesa, italiana y española— y nacionalizado peruano, país donde estuvo casi 40 años en misión apostólica, se dirigió a los feligreses en italiano, español y latín.

“¡La paz esté con todos ustedes! Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en sus corazones, llegara a sus familias, a todas las personas, donde quiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!”.

Entre vítores, porras y aplausos prosiguió: “Es la paz de Cristo resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Viene de Dios, Dios que nos ama a todos, incondicionalmente.

“Todavía escuchamos la voz débil pero valiente del Papa Francisco bendiciendo Roma – el Papa bendiciendo Roma, dando su bendición al mundo entero, en la mañana de Pascua. Permítanme continuar con esta bendición. Dios nos ama, Dios nos ama a todos y el mal no prevalecerá. Todos estamos en las manos de Dios”.

Con un discurso que duró ocho minutos comenzó una nueva historia para el jefe del Estado Vaticano y de la Iglesia católica. Cabe resaltar que el nombre que eligió prosigue a León XIII, autor de la primera encíclica social “Rerum Novarum” que funda la Doctrina Social de la Iglesia que a su vez le dio origen a la doctrina de Acción Nacional.

“Mi mayor reconocimiento y respeto al nuevo Papa León XIV por su nombramiento. Que su trascendental labor y encomienda fortalezca la unidad entre los pueblos de todo el mundo”, escribió en su cuenta de X el presidente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera.

 

¡Hasta siempre Papa Francisco!

Mucho se ha escrito sobre el Papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril, y no es para menos pues desde el primer día de su pontificado, Jorge Mario Bergoglio destacó por su carisma, sencillez, llamado a la misericordia, a la oración y deja un gran legado.

Es innegable su compromiso con el bien común, la justicia social, la sinodalidad, su liderazgo global, su crítica a la cultura del descarte, su opción por los pobres, su constante petición de salir a las periferias, de cuidar la casa común, “hagan lío” instó a los jóvenes a la acción, entre otros llamados como a la protección de la infancia, los más vulnerables o los migrantes.

Un Papa argentino, profundamente mariano, que en repetidas ocasiones llamó a los políticos a desarrollar “política de la buena”, como lo dijo en su visita a México o en su mensaje para la 52 Jornada Mundial de la Paz: “La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad”.

Alertó que el exceso de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia, quienes “no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”.

Advirtió sobre los vicios, que dijo, socavan el ideal de una democracia autentica “son la vergüenza de la vida pública y ponen en peligro la paz social: la corrupción, la negación del derecho, el incumplimiento de las normas comunitarias, el enriquecimiento ilegal, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la ‘razón de Estado’, la tendencia a perpetuarse en el poder, la xenofobia y el racismo, el rechazo al cuidado de la Tierra, la explotación ilimitada de los recursos naturales por un beneficio inmediato, el desprecio de los que se han visto obligados a ir al exilio”.

La nación