Morena y el voto prestado: crecimiento real o frágil volatilidad*
Mayo 2025
Salomón Guzmán

Las elecciones de 2024 en México no sólo confirmaron el dominio electoral de Morena, sino que evidenciaron un profundo reacomodo en el comportamiento de los votantes. Más allá de los porcentajes agregados y los triunfos estatales o federales, lo que está en juego es la fidelidad del electorado: ¿cuántos votantes siguen con su partido?, ¿cuántos se mueven por conveniencia o rechazo?, ¿y cuántos toman decisiones tácticas para alterar el resultado político?
Por medio de las matemáticas, Regla de Bayes y flujos de votación entre 2021 y 2024, se estima la probabilidad de que un votante que eligió a Morena haya migrado desde otros partidos, en particular PAN, PRI y MC, y qué tipo de decisión representa. Desde un enfoque de teoría de juegos con información incompleta se parte de la premisa de que los partidos desconocen de antemano el “tipo” exacto de votante con el que interactúan. Cada votante puede clasificarse en una de tres categorías: Leales (A), se mantienen con su partido en elecciones sucesivas; Volátiles (B), cambian de partido si perciben una mejor oferta política; Estratégicos (C), no actúan por identidad ni afinidad, sino para maximizar el efecto de su voto.
Regla de Bayes
P(B | M) = [P(M | B) * P(B)] / [P(M | A) * P(A) + P(M | B) * P(B) + P(M | C) * P(C)] P(M | A) = 0, P(M | B) = 1, P(M | C) = 0.05 (supuestos razonables)
Los resultados muestran que la mayoría de los votantes que migraron a Morena desde PAN, PRI y MC pueden clasificarse como volátiles (97.1, 95.61 y 92.77 por ciento). Esto sugiere que Morena no ha construido una base ideológica sólida, sino que ha captado votantes móviles. El análisis bayesiano de los flujos electorales revela que la política mexicana contemporánea está marcada por votantes móviles, racionales y estratégicos.
En el escenario electoral contemporáneo aferrarse a las viejas estructuras partidistas ya no garantiza la permanencia ni el éxito. Lo que una vez fue un capital seguro, como el voto duro, la maquinaria territorial o la fidelidad ideológica, hoy resulta insuficiente frente a un electorado cada vez más informado, exigente y volátil. Los votantes ya no son simples extensiones de los partidos. son agentes racionales que evalúan contextos, narrativas, resultados y riesgos.
El futuro electoral dependerá no de mantener estructuras tradicionales, sino de la capacidad de los partidos para interpretar y responder al juego cambiante de las creencias, expectativas y decisiones de los ciudadanos. Esto implica entender que los votantes no son estáticos: se mueven, dudan, comparan, castigan y premian. Lo que hoy es apoyo, mañana puede ser desafección. Lo que ayer fue identidad, hoy puede ser cálculo estratégico.
En este nuevo equilibrio, el éxito político será para quienes logren actualizar sus diagnósticos, afinar sus señales y adaptar sus ofertas. No bastará con prometer, será necesario convencer, conectar y construir confianza en tiempo real. Las elecciones futuras no se ganarán únicamente en mítines o estructuras, sino en la inteligencia para leer el clima social y actuar con agilidad táctica.
Cómo quitarle voto volátil a Morena
- Identificar el perfil: No milita ni se identifica ideológicamente. Vota por quien le ofrece certidumbre y resultados visibles. Está desencantado con promesas incumplidas o con narrativas genéricas.
- Detectar su motivación de cambio: Este votante no se sumó a Morena por convicción, sino por Rechazo a los anteriores (PRI, PAN); Expectativa de un gobierno distinto; Promesas de seguridad y programas sociales. Ahora, tras varios años de gobierno ve aumento de la inseguridad en su zona, mal servicio en el hospital público, obra pública inconclusa o propagandística.
- Construir el mensaje correcto: “Morena ya tuvo su oportunidad. No cumplió. Tú mereces resultados, no excusas. Nosotros no venimos a prometer, sino a corregir. Seguridad real, salud digna y honestidad que se ve, no que se grita”.
- Ofrecer una alternativa con rostro humano No basta con decir “yo no soy Morena”. Hay que mostrar que eres confiable, distinto y útil. El voto volátil necesita razones para confiar y esas razones se construyen más con hechos que con ideología.
Probable resultado: Este votante, aún sin amar a tu partido, podría votar por ti como una elección racional: para mejorar su entorno, castigar al que lo decepcionó y dar oportunidad a una mejor gestión. El futuro electoral dependerá no de mantener estructuras, sino de entender y responder al juego cambiante de las creencias, expectativas y decisiones del votante.
*Segunda parte