Legado de censura contra la prensa

#4TVsLibertadDeExpresión

Septiembre 2024

Maricarmen Rizo

La Nación

El sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador fue el más violento contra periodistas y comunicadores críticos a su gobierno, la libertad de expresión dolorosamente retrocedió, siendo el propio mandatario quien, desde las mañaneras, atacó a los medios de comunicación tradicionales, particularmente a quienes revelaron casos de corrupción en su administración o familia, así como a todas y todos los que opinaran diferente a él.

Con casi mil 500 mañaneras, un día sí y al otro también, atacó la libertad de expresión como dimos cuenta en este espacio, no le bastó con ser él mismo quien agredía, sino que a través de su vocero, Jesús Ramírez Cuevas, intimidó y acosó a periodistas, e incluso creó la sección semanal “Quién es quién en las mentiras” para, a través de Liz Vilchis, denostar, desinformar, mentir y atacar, siendo lo que el columnista Héctor De Mauleón llamó la “trilogía perversa que hizo de las mañaneras un abuso de poder impresionante”.

La matutina, con duración de hasta tres horas, fue el espacio preferido para atacar la libertad de expresión y beneficiar a los seudoperiodistas y/o youtubers que asistían para alabarlo, pero también fue el foro para agredir a los profesionales de la comunicación, llegando al extremo de, recientemente, realizar un Foro Continental en Palacio Nacional, convocado por AMLO y respaldado por la presidenta electa Claudia Sheinbaum, en donde asistieron los aplaudidores del presidente, así como creadores de contenido de Perú, Bolivia y Ecuador.

Cabe mencionar también la latente destrucción de institutos autónomos como el INAI, gracias a que el mandatario tiene “otros datos”. La organización Artículo 19 publicó un informe sobre el acceso a la información, transparencia y agresiones a periodistas durante el sexenio de López Obrador, del cual destacamos las mil 408 agresiones contra la prensa: una cada 14 horas.

Asimismo, el informe señala que 10 medios concentraron el 47.08 por ciento del gasto público en publicidad, “careciendo de mecanismos efectivos de control y rendición de cuentas, lo que perpetúa el riesgo de que estos recursos se utilicen para premiar o castigar a medios de comunicación según su cobertura de las actividades gubernamentales”.

El informe detalla que las agresiones que sufrieron los periodistas se clasificaron según el tipo de agresión: 880 casos de intimidación y hostigamiento, seguidos por 682 casos de amenazas. El uso ilegítimo del poder público registró 423 agresiones. Estas tres categorías juntas representan el 58.51 por ciento.

Los tipos de agresiones con menos registros fueron el bloqueo o la alteración de contenido, con 342 casos; los ataques físicos a periodistas, con 295 y la privación de la libertad, con 164. Una de las formas de intimidación y hostigamiento a través de la comunicación oficial ocurrió precisamente en las mañaneras, en donde se registraron 179 agresiones de este tipo. Otra modalidad fue el acoso judicial, con 158 casos. Durante este sexenio se iniciaron procesos contra periodistas y medios de comunicación por sus publicaciones o investigaciones, reportó la organización.

De acuerdo con la investigación, durante el periodo de la 4T (2018-2024), 47 periodistas fueron asesinados y cuatro desaparecieron. De estos asesinatos, tres fueron mujeres. Siete ocurrieron en Sonora, cinco en Veracruz y cuatro en Guerrero. Tres de estos periodistas trabajaban en medios grandes, uno era freelance y otro independiente.

“En este sexenio los compromisos respecto a la lucha contra la impunidad y la reducción de la violencia son promesas incumplidas. Cada agresión contra la prensa y cada persona periodista asesinada son pruebas de ello”, señala el informe.

López Obrador no se limitó a estigmatizar y deslegitimar a la prensa nacional, también a la internacional, por ejemplo, criticó a diarios como el The New York Times, The Financial Times, El País, The Economist, The Washington Post o ProPublica por haber publicado opiniones o investigaciones que al jefe del Ejecutivo no le gustó que salieran a la luz, por ello, trató de descalificar.

Además, el presidente dio a conocer al público datos personales de periodistas incomodos a su gobierno, por ejemplo, cuando mostró el celular de una corresponsal luego de su reportaje en el que señaló presuntos nexos del presidente con el narcotráfico, lo que obligó al INAI a iniciar una investigación para establecer si la filtración del número constituye o no “violaciones a principios y deberes establecidos” en la ley de protección de datos personales, por eso no extraña que el mandatario decidiera eliminar dicho organismo autónomo. Otro ejemplo se dio cuando reveló datos bancarios y de hacienda del periodista Carlos Loret de Mola, uno de sus favoritos, por cierto, para atacar.

La nación