Vamos a luchar y vamos a gritar

Marzo 2022

Laura Esquivel Torres

La Nación

 

 

“Teníamos dos opciones: estar calladas y morir o hablar y morir.

Decidimos hablar”.

Malala Yousafzai

 

Fueron las mujeres sindicalizadas y unidas por distintas luchas para la defensa de sus derechos quienes lograron que la Organización de las Naciones Unidas se sumara por primera vez a la conmemoración del 8 de marzo en 1975, determinándolo como el Día Internacional de la Mujer para la búsqueda de la igualdad, justicia, paz y desarrollo.

Hoy, cuarenta y siete años después de iniciar esta conmemoración, es obligatorio reflexionar la situación de las mujeres en nuestro país.

En los últimos años hemos visto cambios en el marco jurídico mexicano que incluyen de forma importante los derechos de las mujeres, sin embargo, es fundamental una visión integral y transversal. No sólo se trata de mejorar y aplicar de forma efectiva las leyes, tampoco se limita a la creación de políticas públicas con perspectiva de género y de tener un personal capacitado para ejecutarlas, es necesario un cambio cultural profundo para empezar a superar esta realidad.

Ese cambio del que adolece el actual gobierno y que se ve reflejado en el desprecio generalizado hacia las mujeres, ese gobierno que nos obliga a sobrevivir en una terrible situación de violencia todos los días.

Mientras el presidente de la República siga poniendo vallas y pensando que se trata de “un movimiento manipulado por conservadores” para dañar su imagen, le será imposible ver el sufrimiento de las víctimas.

Estamos ante un gobierno que sataniza nuestras luchas, que no nos ve ni nos escucha, y que su postura ante nuestros reclamos es atrincherarse y ocultarse en un Palacio porque la exigencia de respeto a nuestros derechos humanos le parecen conspiraciones para dañar su popularidad.

¡No señor presidente! Nuestras exigencias ya no pueden esperar. En su administración la violencia se desborda. Haga una pausa, reflexione y luego explique a las mujeres mexicanas ¿qué está haciendo su gobierno para evitar que todos los días asesinen a 11 mujeres?, ¿qué está haciendo para evitar que siete niñas desaparezcan a diario? A tres años de su gobierno le decimos que su política de abrazos y no balazos, ¡nos está matando!

No podemos normalizar la violencia, esa violencia que para usted representa sólo números, para nosotras son #### (depende del día que salga el artículo) de mujeres que han sido asesinadas, cientos de niñas y niños que no volverán a ver a sus mamás, cientos de padres y madres que no volverán a ver a sus hijas y miles de familias que jamás volverán a ser las mismas porque nunca estarán completas.

Nuestro tejido social se despedaza cada vez que nosotras normalizamos el tener que alterar nuestras rutinas diarias para determinar qué prendas de vestir y qué rutas de camino nos ayudan a reducir los riesgos a ser secuestradas, violadas y asesinadas.

Y por supuesto que hay esperanza, por supuesto que hay manera de reconstruir el tejido social, pero ¿qué apoyo podemos esperar de un gobierno que elimina los programas que nos benefician y protegen? Programas como las estancias infantiles, las escuelas de tiempo completo y los refugios para mujeres violentadas, entre muchos otros. Acciones que surgieron bajo una visión humanista en los gobiernos de Acción Nacional convencidos de que era lo correcto y de la importancia de atender la violencia de género, no por buscar popularidad o el beneficio clientelar.

Mientras los gobiernos estatales y municipales gobernados por Acción Nacional llevan a cabo grandes avances, el Gobierno federal sigue eliminando programas, quitando presupuesto y sigue minimizando la realidad. Los compromisos se demuestran con hechos, no con discursos.

Que no haya duda, las mujeres seguiremos siendo las primeras en tomar las calles, en gritar nombres, en organizarnos y luchar desde donde podamos para exigir un alto a la violencia de género.

Lo que nos queda ante la política fallida de este gobierno es unirnos y luchar juntas. Todas las personas que participamos en instituciones políticas, públicas, civiles, educativas y demás tenemos la enorme obligación de asumir nuestras responsabilidades y luchar por la eliminación de la violencia de género.

Es por ello que desde Acción Nacional seguiremos impulsando una agenda para visibilizar, prevenir y erradicar cualquier tipo de violencia contra la mujer. Ante cada omisión vamos a señalar, ante cada valla vamos a levantar la voz y ante cada muerte vamos a gritar un nombre.

Vamos a luchar y vamos a gritar por todas aquellas que hoy ya no tienen voz, por todas aquellas que ya no están con nosotras. No descansaremos ni un solo día hasta que cada una de las más de 64 millones de mujeres que vivimos en este país tengamos libertad. Hoy, la historia recordará que el pasado 8 de marzo nosotras salimos sin miedo, tomamos las calles y enfrentamos a un gobierno que nos obliga a exigir en una sola voz: “¡Ni una menos!”. Mientras ser mujer sea sinónimo de vivir con miedo, nuestra lucha no terminará.

 

 

La nación