Las enseñanzas del proceso electoral 2024

Junio 2024

ANAC

La Nación

El pasado 2 de junio culminó el proceso electoral más relevante en muchos años para el país, por las grandes expectativas que generó. Dejando de lado que se trató de una elección de Estado, el resultado favoreció a la candidata del partido oficialista, lo que nos obliga a la reflexión sobre las precauciones que habremos de aplicar para posteriores procesos en esta materia.

Para los partidos políticos que conformamos la gran alianza opositora, este proceso significó más que un proyecto político, un verdadero proyecto social donde era vital sumar a la ciudadanía para alcanzar sinergias, objetivos y el bien común de la nación entera. De este ejercicio tan importante, obtuvimos resultados muy significativos como el fenómeno denominado “La Marea Rosa”, en donde desde diversas ciudades se experimentó una manifestación en favor de la democracia sin precedentes y desde donde pudimos establecer nuestra postura en pro de la paz, la seguridad pública y la estabilidad política, sumando la asistencia de miles de ciudadanas y ciudadanos tan solo en el Zócalo capitalino.

Este proyecto fue solamente uno desde el que pudimos hablarle a todas las clases y estratos sociales, señalando que nuestra postura es incluyente y se fundamenta en el bien común, en donde se trabaja en comunicación permanente con todos los órdenes de gobierno y no solo con el Gobierno federal. A pesar de los buenos resultados que obtuvimos en este contacto y esta cercanía con la sociedad civil, fue insuficiente, pues no tuvimos la capacidad de llegar a todas las comunidades que componen la República Mexicana, faltó una comunicación social efectiva donde pudiéramos abarcar cada rincón del país y es ahí, en donde se encuentra nuestra área de oportunidad.

No obstante, el gran carisma de la candidata que encabezó nuestro frente no fue suficiente para contrarrestar la popularidad fabricada por muchos años, desde el Gobierno federal, a su candidata, además de que nos enfrentamos a una verdadera elección de Estado donde todos los factores actuaron en favor de esta. Debemos sumar también la falta de empatía del partido político que representó al tercer candidato en disputa y que terminó por favorecer al oficialismo.

¿Qué sigue? Desde los municipios contamos con una ventaja, que es la de trabajar y crecer mano a mano con las demarcaciones locales, lo que nos permite tener una mejor comunicación y entendimiento de las necesidades reales que experimentan los habitantes de México. Desde lo local está el futuro para construir acuerdos con la sociedad civil, para defender y representar sus intereses legítimos, sus necesidades primarias y para seguir fungiendo como un auténtico contrapeso entre los abusos e irregularidades de las autoridades de las tres esferas de gobierno afines al régimen actual.

Los gobiernos locales de Acción Nacional debemos consolidar nuestras estrategias enfocadas a la permanente profesionalización de sus funcionarias y funcionarios públicos, con una capacitación constante, y debemos redoblar esfuerzos para mejorar nuestro vínculo con los ciudadanos de a pie, con la gente que se encuentra disgustada con todos los temas referentes a la vida pública del país y sobre todo con aquellos que siguen creyendo en el discurso del partido oficialista.

La gran lección que nos deja este proceso electoral es que gran parte de la ciudadanía en esta ocasión no consideró ni evaluó favorablemente los resultados y buenas prácticas de los gobiernos humanistas, por lo que urge hacer una lectura profunda de las carencias del país y plantarnos como una verdadera alternativa de cercanía y buen gobierno para materializar una propuesta que no sólo denuncie la corrupción y malos gobiernos de esta administración, sino que sea una efectiva solución a los problemas y carencias que sufre la sociedad mexicana, debemos convertirnos en el cambio verdadero al que aspiramos como representación política y social.

La nación