La República Democrática de Norcorea

Noviembre 2023

Julio Faesler Carlisle

La Nación

Hay países que se encuentran en las antípodas del tablero ideológico y político actual. Corea del Norte por una parte y Bhutan por la otra vienen a cuento. Corea traza su cultura a una antigüedad de 2 mil 300 años a.C. Ocupando el norte de la península Chosen, a unos cuantos kilómetros de Japón, ha sido objeto de continuas rivalidades históricas de China, Rusia, Japón y después de Estados Unidos. Corea fue anexada a Japón en 1910 después de la guerra sino-japonesa. En septiembre de 1948 se optó por dividir la península en dos estados de ideologías diametralmente distintas.

En 1950, Norcorea, apoyado por los dos países comunistas, intentó conquistar a Surcorea, a su vez apoyada por Estados Unidos, pretendiendo unificar la península. La cruenta guerra duró tres años y costó 3 millones de vidas. Las prolongadas negociaciones resultaron en la división, en 1953, en dos Coreas marcadas por el paralelo 38.

Era el primer estallido de la Guerra Fría entre la URSS y Estados Unidos, inevitable confrontación de la insostenible alianza de países centralmente organizados y países de libertad de mercado unidos en la II Guerra Mundial.

Con una población actual de 25.7 millones, Norcorea es una dictadura personal gobernada desde 2011 por Kim Jong-un, nieto de Kim II-sung e hijo de Kim Jong II que llegó al poder a mediados de 1970.

La Suprema Asamblea Popular de 687 diputados nombrados por el Partido Comunista se reúne para aprobar lo que el “respetado camarada” Kim Jong-un dispone.

La política de “Juche”, autosuficiencia nacional, busca autonomía en alimentos y, desde luego, en armamentos y refacciones militares. El presupuesto nacional está diseñado para mantener a la población en el extremo de mínimos niveles de consumo.

Siguiendo la ruta de su abuelo y padre, está en la obstinación de Kim el colocar a su país al mismo nivel de importancia en las decisiones internacionales. Para ello estima indispensable contar con la carta más poderosa de todas, que es el poder nuclear y la capacidad de vencer militarmente a cualquier enemigo. La ideología de la propuesta marxista llevada a su extremo: el de la conversión mundial al comunismo.

La política armamentista de Norcorea se confirmó en la novena sesión de la decimocuarta Asamblea que acaba de consagrar como parte de la Constitución la política de desarrollo nuclear. Se confirma la intención de mantener al país como vanguardia del modelo extremo de comunismo. Es evidente que se aleja toda posibilidad de reunir a las dos Coreas en un solo país.

En el 75 aniversario de la fundación de Norcorea, a las celebraciones asistieron funcionarios chinos, desfilaron Guardias Rojas del Pueblo y el cuerpo de miles de miembros que no forman parte del ejército.

Con motivo de las celebraciones de Kim II estrenó un submarino nuclear llamado Héroe Kim Kun Ok que puede navegar silenciosamente cargando diez misiles nucleares. Con una autonomía de mil 900 kilómetros puede acercarse a Japón o a bases de Estados Unidos como Guam. El nuevo submarino puede lanzar misiles mientras está sumergido y acercarse más al objetivo que no tendrá tiempo para reaccionar. Norcorea puede atacar a su enemigo al sur.

La presencia de Norcorea es innegable. Mantiene a todo el mundo pendiente de los designios de su líder. Tan es así que Serguéi Lavrov, secretario de Relaciones Exteriores de Rusia, hizo un reciente viaje a Pyongyang para reformar la asociación entre los dos países y hacer arreglos para la venta de armamento. La reacción norteamericana no se hizo esperar y declaró que Corea del Norte “pagaría un precio alto” si vende armas a Rusia.

La reunión de Kim con Putin se había hecho hace un año en Moscú y el nuevo encuentro fue para pedir tecnología rusa a cambio de municiones y armas que Rusia requiere para su invasión a Ucrania.

En abril de 2023, el presidente de China, Xi Jinping, expresó a Kim Jong-un su deseo de reforzar la “guía estratégica” de los lazos bilaterales. Añadió que asigna “gran importancia a las relaciones entre los dos partidos y los dos países de acelerar el desarrollo de la causa socialista para promover la paz regional, la estabilidad, el desarrollo y la prosperidad a través de un refuerzo de la guía estratégica de las relaciones bilaterales”.

El socialismo en diversas formas es practicado por países que se denominan democráticas y populares. Sus regímenes personalistas se adueñan de banderas políticas sólo para ganar poder y la riqueza.

Al comenzar este artículo mencionamos el otro extremo ideológico: el reino de Bhutan, acurrucado en las faldas y quebradas del Himalaya donde el principio que gobierna es el cuidado de la naturaleza y de sus habitantes. Su grado de felicidad nacional es de los más altos del mundo. En otro artículo hablaremos de él.

 

Julio Faesler Carlisle es integrante del Consejo de Plumas Azules.

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