La muchedumbre solitaria en los tiempos de las redes sociales

Junio 2023

Andrés Castro Cid

La Nación

El impacto de las redes sociales en el mundo, en gran parte de las sociedades de este planeta, ha sido muy grande. Al respecto, la Agencia de Marketing Digital y Desarrollo afirma que la tecnología de la información y la comunicación ha cambiado rápidamente en los últimos 20 años con un desarrollo clave: la aparición de las redes sociales.

Asimismo, la página de internet psychologytoday opina que el desarrollo de la tecnología móvil ha jugado un papel importante en la configuración e impacto de las redes sociales. Los dispositivos móviles, en todo el mundo, dominan en términos de minutos totales pasados en línea. El uso de redes sociales impacta en la soledad de diferentes formas y en distintos lugares.

Las consideraciones anteriores forman parte de ese ramal de análisis y estudios que realizan especialistas en la materia, uno de ellos es Marino Pérez Álvarez, quien en un gran ensayo literario titulado El Individuo Flotante describe lo que, a su consideración, atraviesan los individuos con una de las mayores epidemias de salud mental: a pesar de contar con avanzados medios de comunicación, diversos aparatos inteligentes con gran capacidad de interconexión, con todo esto, existen personas que experimentan una soledad que, en ocasiones, pareciera insoportable.

Marino Pérez presenta una minuciosa descripción del individuo, personas independientes, creadoras de sí mismas, individuos cada vez más reflexivos, centrados en su persona, pero con crecientes malestares, entre ellos, la soledad.

“Personalidad neurótica, parábola del desdichado mundo interior, desvincularse de la tradición, apoteosis del yo, su ensalzamiento y divinización en las plataformas y redes sociales, búsqueda de seguidores y su aprobación, el culto del yo va de la mano con malestares psicológicos y una creciente angustia, inquietud y soledad”, describe el psicólogo asturiano.

En una parte de esta reflexión, el especialista en psicología clínica califica como “muchedumbres solitarias” a aquellas personas que, al centrarse en sí mismas, se han olvidado de los otros.

El catedrático detalla cómo ese yo aislado del individuo descubre una salida en la dinámica que ofrecen las redes sociales, tras sustentar la forma en que en ese torbellino que se ofrece de información y comunicación, y que está a la mano de todos, a pesar de esto, el individuo no usa las redes, sino que éstas lo transforman.

Además, con esta otra premisa, Marino Pérez presenta diversos estudios que conciernen a las redes sociales con algunas enfermedades mentales. La confluencia del yo con las redes sociales crea, y de ahí el título de su obra, El individuo flotante.

Basado en ese rigor con que los psicólogos observan e interpretan los hábitos y las acciones de él o de los sujetos, Marino Pérez resalta la manera en que el teléfono celular, paradójicamente, ha dejado de ser un dispositivo para comunicarse, para hablar, para generar una cercanía virtual, la realidad es que ahora cada vez hay menos conversación.

El autor resalta que la individualización del sujeto, incluido el pluralismo, genera un absurdo en relación con la libertad. Y tal parece que lo central del libro apunta al problema, al reto más importante de nuestra sociedad: “si por un lado (los sujetos) suponen liberación de vinculaciones y restricciones, así también tienen mayor libertad para una libre autodeterminación, por el otro implica la pérdida de vínculos que proporcionaban seguridad y sentido de pertenencia, abocando a inseguridad y soledad”.

Con esa mirada que hurga de manera meticulosa el desarrollo y los hábitos del sujeto, desenmaraña esa simbiosis sujeto-sociedad-tecnología, la sociedad como condición de posibilidad del propio individuo, de ese yo del individuo interior que finalmente es adaptado por el entorno social. Los individuos hacen la sociedad que, a su vez, hace que los individuos sean como son.

La nación