El día de la oratoria

Marzo 2016

Sergio Rodriguez

La Nación

El Universal y la Fundación Ealy Ortíz del mismo diario. Por azares del destino y mera coincidencia, en este año 2016, los festejos del “Día Nacional de la Oratoria” coinciden con el aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Institucional y fiel a su dinámica de “cacarear el huevo que no puso” el PRI corrió a colgarse una medallita por la efeméride. Lo anterior no es nuevo ni es sorpresa. Si por algo se caracteriza ese partido es por su innegable habilidad para comunicar triunfos ajenos como propios. Sin embargo, la totalidad de la culpa no recae en ellos, sino en quienes habiendo logrado esos éxitos no manejan una buena estrategia de comunicación y se quedan callados. Para muestra un botón. En los sexenios que gobernó el PAN hubo una creciente estabilidad económica, se lograron alcances históricos de programas federales y hubo un gran avance en materia de telecomunicaciones, puentes, caminos y libertad de expresión. Pero el PAN guardó silencio, aunque es cierto que existían comerciales en radio y televisión no fueron suficientes. El discurso tenía que repetirse una y otra vez, en español, en maya, en yaqui, en mixteco, en otomí o en náhuatl. Los gobernadores entonces panistas debieron repetir los logros una y otra vez, los representantes populares emanados de Acción Nacional en cualquier orden de gobierno tenían que haberse puesto la camiseta y frente a cualquier micrófono sostener que los “Gobiernos del PAN gobiernan mejor”. Pero no lo hicimos y mucha responsabilidad tenemos todos los militantes, de que hoy, México sea gobernado por despilfarradores y demagogos. Lo primero porque robaron durante más de 70 años y ahora han vuelto con hambre contenida. Lo segundo, porque con falsos discursos y grandes campañas de publicidad lograron promover como “suyos” triunfos de quienes los antecedieron. La buena noticia es que la verdad es como la justicia, por mucho que tarde en llegar siempre termina triunfando y saliendo a la luz. El gobierno que en 2012 prometía venturas y providencia hoy asfixia a los mexicanos que poco a poco seguimos despertando a la realidad. Hoy más que nunca, Acción Nacional debe fortalecer su vocación oratoria, su capacidad de tribuna, su legítima trayectoria de la disertación en las plazas públicas, en la calle, en la escuela y en el trabajo. El PAN es un partido de grandes oradores, tribunos y polemistas. La militancia actual debe poner énfasis en aprender oratoria, pero no para ganar concursos o celebrar el Día Nacional sino para llevar esperanza a México, para proponer y denunciar, para gritar por lo que están siendo acribillados, para defender a los que no tienen quién los defienda y para abogar por los que están perdiéndolo todo. Nuestro fundador no se equivocó cuando dijo hace ya tantos años que “las ideas y los valores del alma, son nuestras únicas armas; no tenemos otras pero tampoco las hay mejores”. Pero Manuel Gómez Morín no hubiera querido que esas ideas y esos valores del alma se quedaran sólo dentro de nuestras mentes y corazones. Él hubiese querido que brotaran de nuestras bocas como brota el agua de los manantiales. Él hubiera deseado que el partido que soñó se conforme de pensadores, oradores y actores sociales, no de militantes inanimados que se activan sólo cuando vienen elecciones internas. Hagamos votos para que Acción Juvenil sea semillero de tribunos, porque Promoción Política de la Mujer le herede a México oradoras más preparadas y decididas y porque Acción Nacional nunca deje de hablar por México y menos cuando tenemos tanto que decir en su beneficio.