Editorial

Agosto 2015

Maricarmen Rizo

La Nación

Por Ricardo Anaya Cortés. Una vez concluida la elección de Presidente Nacional tenemos ante nosotros el gran reto de renovar y regenerar a nuestro Partido, para ganar nuevamente la confianza de todos los mexicanos. Hoy los ciudadanos están desilusionados de la política, porque los políticos de siempre se han alejado de la sociedad, se han instalado en la comodidad de sus privilegios. La regeneración que hemos propuesto cambiará esta realidad. En los primeros 100 días de mi gestión crearemos órganos autónomos e independientes que investigarán, con toda objetividad, cualquier posible desviación o acto de corrupción, tanto al interior del Partido como en los diversos cargos públicos que detenten los funcionarios panistas. Me comprometo a no tolerar un solo acto de corrupción, trátese de quien se trate. En uso de mis facultades estos actos serán severamente castigados. Cero tolerancia a la deshonestidad en el PAN. Unidos y renovados podremos cumplir nuestra misión, México nos necesita más que nunca. Con el actual gobierno priista el país no va por el camino correcto. La economía está estancada, la inseguridad aumenta, la pobreza crece y nuestra moneda se devalúa. La tóxica reforma fiscal del PRI y sus aliados lacera día con día a la sociedad mexicana. Frente a este escenario, los panistas tenemos muy claro dónde nos vamos a colocar: nosotros vamos a estar del lado de la gente, que está profundamente insatisfecha con el mal gobierno. Defenderemos a los de abajo frente a los abusos de los de arriba, tal como lo marcan nuestros principios de doctrina. Trabajaremos todos los días para merecer la confianza de los ciudadanos. México merece buenos gobiernos, que le sirvan a la gente y que mejoren las condiciones de vida de los mexicanos. En el año 2018 nuestro compromiso es ganar la Presidencia de la República, para que el bien común sea una realidad para todas las mexicanas y mexicanos. Es el momento de trabajar con alegría para ser el mejor partido de México; unidos, con honestidad y transparencia, renovados y regenerados, volveremos a ser lo que perfilaron nuestros fundadores en 1939: la verdadera esperanza de los ciudadanos. Ciertamente la tarea no será fácil, pero el futuro pertenece a quienes creen en sus sueños. Tenemos los principios, el empuje, las herramientas y el amor para servir a México. Como dijo don Efraín González Luna: “cuando la esperanza se vuelve invencible, la victoria final está asegurada”.  

Ricardo Anaya Cortés